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¡Hola! Me llamo Agustín Rodríguez, pero mis amigos me dicen Jaime. Soy capitán de máquinas en el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Sacramento, California. Me crie en un hogar de habla hispana, y por eso hablo español e inglés con fluidez. Ser bilingüe me ha brindado algunas oportunidades increíbles, como cuando participé en un Intercambio de Experiencias en Quemas Prescritas [Prescribed Fire Training Exchange (TREX)] en España o cuando me movilizaron a Canadá para ayudar en la crisis de los incendios forestales de 2023 y me emparejaron con una cuadrilla de bomberos mexicanos para servir como traductor.
En general, los Intercambios de Experiencias en Quemas Prescritas (TREX) abordan una de las formas más fundamentales de cambiar la cultura del fuego: dar la oportunidad de trabajar con el fuego a más gente. TREX proporciona una capacitación experimental que refuerza la suficiencia local para gestionar incendios y ofrece a los profesionales del fuego una perspectiva más holística, a la vez que se aplican tratamientos que apoyan los objetivos comunitarios y paisajísticos.
TREX ofrece un modelo de quema único que satisface las necesidades de diversas entidades, como organismos federales y estatales, propietarios y contratistas privados, tribus y comunidades indígenas, académicos y socios internacionales, al tiempo incorporando los valores y problemas locales para crear las capacidades adecuadas en los lugares indicados.
En febrero del 2024, tuve otra oportunidad de unirme a una capacitación TREX, esta vez como participante en el primer TREX Tradicional Europeo que se celebró en Portugal. El enfoque de este TREX era especial, ya que abordaba los métodos tradicionales de quema. El propósito de esta sesión era aprender y comprender que el fuego es una forma de vida y que los métodos tradicionales de quema han sido utilizados por los pueblos nativos desde el descubrimiento del fuego.
La capacitación acogió a representantes de nueve países: Estados Unidos de América, Portugal, España, Alemania, Polonia, Guatemala, México, Canadá y Brasil. Cada representante aportaba distintos niveles de experiencia con el fuego, formación y conocimiento de los usos tradicionales del fuego.
Durante los diez días del programa, ayudé a traducir los materiales al inglés y al español para el grupo de 40 personas. La presentación fue fundamental para la comprensión del uso del fuego con el fin de promover pastos más sanos para los animales domésticos y de caza. Además, durante la presentación se proporcionaron antecedentes sobre el uso del fuego prescrito para prevenir y proteger la Comunidade Intermunicipal do Alto Minho, una división administrativa del norte de Portugal.
Durante los diez días siguientes, el grupo TREX practicó métodos de tala rutinarios utilizando caballos. Tradicionalmente, los habitantes de la región trabajaban la tierra con caballos y retiraban los combustibles madereros (madera muerta, derribada y cortada) de los bosques para reducir la necesidad de tratamientos mecánicos. Aunque pesan casi una tonelada, los caballos pisan ligero, lo que ayuda a preservar la estructura del suelo en un bosque. Un suelo fértil reduce las posibilidades de erosión y crea mejores condiciones de crecimiento para los árboles y plantas autóctonos.
Vinculada a esta experiencia estaba la comprensión de cómo los métodos tradicionales de reducción del riesgo de incendios forestales afectan los distintos ecosistemas y cómo muchos de estos métodos están diseñados para proteger las delicadas cuencas hidrográficas de la zona.
Aunque esta experiencia de capacitación solo duró diez días, el establecimiento de contactos profesionales, la amistad y los conocimientos compartidos durarán toda la vida. Esta experiencia revigorizó mi deseo y mi pasión por ayudar a transmitir la tradición del uso del fuego en el paisaje. Todos aportamos experiencias diferentes, y compartir nuestras historias y tradiciones solo nos hará más fuertes, incluso cuando se trata de incendios forestales.